Buzones de sugerencias: las 5 quejas más surrealistas

Todos hemos tenido más de una vez motivos para quejarnos porque nos han dado un mal servicio o una mala atención. Pero seguro que en todos los casos teníamos más razón que las personas que dejaron estas 5 quejas tan surrealistas:

reclamaciones

1- Una chica culpó de haberse quedado embarazada al hotel en el que se alojó con su novio. La mujer alegó que ella solicitó dos camas individuales y que el hotel les puso una cama de matrimonio…

2- Un hombre que había reservado unas vacaciones para sus padres en un hotel de cinco estrellas llamó indignado a la agencia con la que contrató el viaje porque no les estaban limpiando la habitación. La agencia de viajes se puso en contacto con el matrimonio y enseguida se aclaró lo que estaba pasando. Como la mujer veía que el cartel de ‘Arregle la habitación’ estaba por dentro pues se ponía a hacer la cama ella misma…

3- Lo que le pasó a este matrimonio de avanzada edad durante sus vacaciones en Baleares también es para nota. A la vuelta de su viaje fueron a la agencia para quejarse por no haber podido utilizar el retrete de su habitación porque “estaba precintado por la Policía”. La queja no pasó de ahí cuando les explicaron que no se trataba de un precinto policial sino de una medida que garantizaba la higiene.

4– Una pareja que pasó sus vacaciones en un hotel con régimen de todo incluido elevó una queja formal porque el buffet no tenía helado de vainilla.

5- El helado de vainilla también es el protagonista del siguiente caso surrealista. Un estadounidense escribió una carta de reclamación porque acababa de comprarse un Pontiac y le pasaba algo muy extraño. Todas las noches cogía el coche para ir a comprar helado y cada vez que lo elegía de vainilla, el automóvil dejaba de funcionar. Si pedía otro sabor, el coche arrancaba perfectamente. La carta llegó al presidente de la compañía, que decidió enviar un ingeniero para que acompañase al señor que les había escrito y comprobara qué ocurría. Por extraño que pareciese, se dio cuenta de que el hombre tenía razón. Durante dos semanas repitieron los viajes a la heladería hasta que el ingeniero encontró la respuesta. Como el helado de vainilla estaba más a mano, la compra era más rápida y el coche no llegaba a enfriarse. La marca modificó entonces todos sus modelos y compensó al hombre arreglando su coche y proporcionándole otro nuevo.

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Comentarios
  1. Elbaul

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