7 datos personales que debes reservarte en una entrevista de trabajo

A menudo las entrevistas de trabajo suelen depararnos momentos desagradables y algo violentos como cuando se nos pregunta por algo de carácter personal que nos incomoda. No por nada en particular, sino porque no tenemos por qué dar ese tipo de información a alguien que en ese momento no es más que un desconocido y porque esa información es parte de nuestro ámbito privado. Sin embargo, aunque nos pregunten, hay fórmulas para poder ‘esquivar’ dichas preguntas y no tener que responder. Y es que hay datos que podemos reservarnos en una entrevista.

1. Relaciones sentimentales

Es un clásico que se pregunte si tienes pareja o no, por ejemplo. Trata de evitar contar si estas casado o separado, no tienes por qué hacerlo. De una manera diplomática puedes enumerar cuáles son tus aficiones por ejemplo e indicar que la situación personal en cuanto a relaciones se refiere, sean cuales sean, no condiciona tu rendimiento en el trabajo ni sus resultados.

2. Planes de futuro: bodas y/o embarazos

Unido a la pregunta anterior suele estar otro clásico: si tienes planes de boda o embarazo o de tener hijos. No tienes que contestar. De hecho te ampara la Ley de Infracciones y Sanciones en el orden de lo social: “Solicitar datos de carácter personal en los procesos de selección o establecer condiciones, mediante la publicidad, difusión o por cualquier otro medio, que constituyan discriminaciones para el acceso al empleo por motivos de sexo, origen -incluido el racial o étnico-, edad, estado civil, discapacidad, religión o convicciones, opinión política, orientación sexual, afiliación sindical, condición social y lengua dentro del Estado.”

3. Estado de salud

Contar en una entrevista de trabajo que padeces una u otra enfermedad crónica, que has padecido en el pasado otra o que tomas una medicación concreta no es procedente. No se trata de ocultarlo si te terminan contratando (y más si influye en tu vida laboral), pero lo mejor es contarlo en otro momento o en otro contexto. O cuando suponga un problema para el desempeño de tu trabajo.

4. Religión / Política

Los temas religiosos o políticos (a qué partido votas o con cuál simpatizas) son siempre muy sensibles. Tampoco tienes por qué contestarlos ni mentir. Simplemente de una manera diplomática puedes decir que esa información no es relevante para el puesto de trabajo o también puedes irte por las ramas con respuestas del tipo “soy un defensor de la libertad y de la democracia” (por ejemplo), o que “sobre todo defiendo el respeto a los demás”, o algo de ese estilo.

5. Relación con tu antiguo trabajo

Cuando el entrevistador tenga tu curriculum frente a él, tal vez se le ocurra preguntar por qué te fuiste de tu anterior trabajo o por qué te despidieron. Ni mientas ni cuentes la verdad. De una manera diplomática puedes explicar que se acabó tu relación contractual o que llegasteis a un acuerdo para rescindir el contrato. Ni que decir tiene que hablar mal de tu anterior empresa, jefes o compañeros no es recomendable y puede ser contraproducente para ti.

6. Situación económica

Tampoco tienes por qué revelar cuál es tu situación económica: si tienes hipoteca, si tienes deudas, si no llegas a fin de mes, si tienes que pasarle una pensión a tu ex por tus hijos, etc. Ese tipo de circunstancias no deben interesar a tu empresa que, por otra parte, podrá enterarse de cualquier embargo en tu sueldo nada más emitir la primera nómina si alguna Administración te la ha embargado por algo.

7. Problemas con la justicia

Tampoco procede revelar si tienes algún proceso judicial pendiente (de separación o divorcio, por ejemplo; o algún pleito con la anterior empresa), así que se trata de información que debes preservar.

¿Has contado alguno de estos en una entrevista de trabajo? Puede que te hayan complicado las opciones de ser elegido.