Los 6 metepatas que encontramos en las quedadas con compis de trabajo

El lugar de trabajo es el sitio dónde prácticamente pasamos el día entero y al final, es inevitable coger cierta confianza y amistad con nuestros compañeros de trabajo, con las personas con las que pasamos gran parte de nuestro día y con las que sufren nuestros días malos, nuestros días pesados o incluso los que nos da la risa tonta durante un buen rato. ¡Ellos nos soportan! Y nosotros a ellos… y toda esta exaltación de la amistad merece que de vez en cuando compartamos con ellos una  tarde de cañas o vinos o alcohol en general en un ambiente discernido y cómodo fuera de las presiones.

Aquí amigos, en este preciso momento, es cuando todos nosotros, de una manera u otra, meteremos la pata, algunos afortunados lo harán sutilmente, será una metedura de pata que ni siquiera se recordará pero, siento deciros, que muchos de nosotros, los menos afortunados, cometeremos lo que podemos llamar coloquialmente como una auténtica cagada, lo que nos perseguirá durante años en cada cena de Navidad (a no ser que cambiemos de empresa), lo que se convertirá en el monotema del mes y de lo que todas las mañanas nos arrepentiremos de haber dicho o hecho… Sentimos decirte que no hay solución.

Pero ¡tranquilo!, te vamos a desvelar diferentes tipos de personas que acuden a estas reuniones. ¡Ojo! No son perfiles fijos, pues dependiendo del día tú puedes convertirte en cualquiera de ellos:

1. El borracho 

Tomarte unas cañas está bien, pero con cuidado, no te excedas con la ingesta de alcohol. Una cosa es beber hasta el punto de estar graciosillo, más risueño de los normal y otra muy distinta es acabar “por los suelos”, sin conocimiento de lo que se hace. Aunque en estos casos no digas o hagas nada realmente merecedor de recordar, el simple hecho de ir muy borracho hará que seas la comidilla de la empresa durante un tiempo difícil de estimar.

2. El gracioso 

Si ese día sientes que un payaso se ha apoderado de tu cuerpo, ten cuidado. Nuestro consejo antes de meter la pata es que huyas. Si no lo haces te pueden ocurrir dos situaciones: La primera es que el payaso se apodere de tu cuerpo y tu acabes haciendo gestos ridículos o bailes sin sentido, llegando incluso a las imitaciones… La segunda es que el payaso se instale en tu lengua y entonces comiences a hacer gracias de tus compañeros, llegando a ridiculizarlos. En ambos casos amigo, estás perdido. Tu imagen quedará muy dañada después de esta tarde y muy probablemente sin que tu lo sepas, la gente te llame payasete.

3. El bocazas

Esa persona a la cual, la bebida le desata la legua, entonces empieza a decir todo lo que lleva bastante tiempo guardo. Es decir, le dice a su compañero las cosas que le sientan mal, pero además, no lo dice de la mejor manera posible y entonces esto puede acabar en una discusión que probablemente no convenga tener. ¡Cuidado con lo que decimos!

4. El llorica brasas

Todos tenemos épocas de nuestra vida en las que parece que el mundo entero está en nuestra contra, en las que las cosas no fluyen como deberían, no estamos pasando por nuestro mejor momento y queremos contarlo. ¿El error? utilizar la tarde de cañas como una sesión con tu psicólogo. Como comentábamos al principio, hay compañeros de trabajo que se pueden llegar a convertir en amigos y con los que tenemos la suficiente confianza como para desahogarnos en un momento determinado, pero éstos son unos pocos, es raro que tengas confianza con todos con lo que puedes estar de cañas como para contarles tu penas. ¡Cuidado! Podrías desvelar datos de tu vida privada que no debieras.

5. El pelota

Es la típica persona que en un momento que debería servirnos para despejarnos del trabajo y conocernos mejor en otro ambiente, aprovecha para resaltar sus hazañas y/o elogiar al jefe o a sus responsables de manera poco natural, es decir, todos los demás (incluida la persona elogiada) se están dando cuenta del grado de peloteo que este indiviuo está utilizando, finalmente como le esta un poco merecido, quedará obviado de las siguientes conversaciones.

6. El que no bebe

Mucho cuidado amigos, este es el peor de los perfiles que nos podemos encontrar pues acude a las reuniones de trabajo cual aguililla. Hay de dos tipos: El que no habla, se queda en un lugar estratégico pasando desapercibido o incluso en ciertos momentos siendo objeto de burlas, pero él está ahí, observando todo. Por otro lado tenemos al que no bebe y habla, pero habla con segundas, habla para sonsacar información y se aprovecha de las copas de más de todos llevamos.

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Comentarios
  1. monicanocelli
  2. antonio

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