Los 6 peores uniformes laborales

El uniforme es importante a la hora de identificar una ocupación y, en ocasiones, representa una auténtica pesadilla para quien tiene que vestirlo. Es el caso de quienes desarrollan algunas de estas 6 profesiones:

1. Mascota

Ya sea durante la celebración de un encuentro deportivo en el que tienen que representar al talismán del equipo de turno, o enfundados en el disfraz del personaje infantil más querido por los niños, quienes trabajan de mascota animada tienen que soportar calor, visión reducida y desafiar a la claustrofobia.

2. Animadora deportiva

Sin salir de la cancha o el terreno de juego, es fácil detectar la presencia de ese grupo de chicas flexibles y acróbatas que montan en tiempo récord una coreografía al ritmo de la música. Al más puro estilo ‘American Sixties’, estas animadoras lucen palmito enfundadas en estereotipados atuendos colegiales.

3. Hombre anuncio

Con diferentes reclamos comerciales y, en la mayoría de las ocasiones, interpretando un papel a medio camino entre la sátira y el hombre-objeto, los encargados de publicitar productos y servicios en su propia piel desafían al ridículo y hacen gala de una valentía y dignidad envidiables.

4. Guardia Suiza

Su colorido atuendo es una de las icónicas imágenes del país más pequeño del mundo, El Vaticano. Inspirado en un modelo de principios del siglo XVI y atribuido a Miguel Ángel, este peculiar uniforme viste a los integrantes del ejército profesional más reducido del planeta.

5. Guardia Real Británica

Mundialmente conocidos por lucir un enorme sombrero de pelo negro y permanecer inmóviles durante el tiempo que dura su turno de vigilancia, los miembros de la Guardia Real Británica son fotografiados a diario por miles de turistas que se acercan al palacio de Buckingham a contemplar el célebre cambio de guardia.

6. Apicultor

En este caso, lo aparatoso de su atuendo está más que justificado. Los apicultores se exponen al contacto con cientos de abejas mientras manipulan los panales de los que extraen la miel. Más vale prevenir…

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