¿Por qué nos cuesta más ir a trabajar los lunes? (iStock)
No hay muchas cosas en las que prácticamente todos podamos estar de acuerdo, ni en la vida en general ni el trabajo en particular. Pero ya que hablamos de trabajo (también lo podemos aplicar a los estudios), hay algo en lo que seguro que coincidimos casi todos: que el lunes no es nuestro día favorito de la semana.
Los lunes, sobre todo por las mañanas, nos cuesta más hacer las cosas, ya sea trabajar, estudiar, buscar empleo o hacer las tareas domésticas. Y, mientras después cumplamos con nuestras obligaciones con profesionalidad, no tenemos por qué sentirnos culpables por despertarnos los lunes con pocas ganas de hacer cosas. Al fin y al cabo, detrás de esa pereza propia de los lunes hay una explicación.
Los lunes nos suele costar coger el ritmo de la semana (iStock)
Si nos cuesta más ir a trabajar los lunes que cualquier otro día de la semana no es sólo porque se haya terminado el fin de semana y porque el siguiente quede más lejos que cualquier otro día. También nos cuesta más porque probablemente hayamos cambiado nuestros hábitos de sueño y nuestros horarios durante el fin de semana y el lunes tengamos que volver a retomarlos. Y aunque sólo hayan pasado dos días y el cambio no haya sido drástico, tiene su efecto en nosotros, como cuando cambian la hora.
El cambio de hora no es en sí mismo muy grande, pero lo acusamos durante los siguientes días, sobre todo cuando toca adelantar el reloj una hora en lugar de atrasarlo. Después de un fin de semana “normal”, sin cambios de hora, sucede algo parecido.
Nuestra mente ha desconectado -al menos, debería haberlo hecho- durante el fin de semana de las preocupaciones del trabajo y del estrés laboral y el lunes por la mañana, cuando tiene que volver a ponerse en modo “laboral”, cuesta recuperar la capacidad de concentración y coger el ritmo que normalmente tenemos a mitad de semana.
Otra razón por la que nos cuesta más trabajar los lunes es porque, con bastante probabilidad, se trate del día de la semana en el que menos vida social tenemos. Muchos de nuestros planes de ocio están más orientados al fin de semana o, al menos, a partir de los jueves. Puede que un lunes no sólo seamos nosotros mismos los que tenemos menos ganas de sociabilizarnos (y puede que también menos disponibilidad), sino también los demás.
Incluir algún plan, por sencillo que sea, para los lunes puede ayudarnos a encontrar la motivación que nos falta un lunes por la mañana. Por ejemplo, practicar algún deporte, quedar para ir al cine, quedar con algún amigo, ir a clase de alguna actividad que nos guste o, al menos, pensar en la serie que queremos ver cuando lleguemos a casa o en el libro que queremos seguir leyendo cuando terminemos nuestra jornada laboral. Con eso y acostándonos antes el domingo por la noche, los lunes seguirán siendo lunes, pero puede que un poco menos para nosotros…
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Hola, necesito trabajo pero estoy en islas baleares palma de mallorca limpieza o repartidora correos cual quier trabajo
Gracias