¿Qué hay que hacer para abrir tu propia peluquería?
En una época aún de crisis (ya llevamos muchos años así), nos llueven por todos los sitios mensajes dirigidos a emprender, a abrir nuestro propio negocio. Seguramente en un momento dado tú también te lo has planteado. Uno de los sectores más dados a la apertura de nuevos negocios es el de las peluquerías. La iniciativa privada, abrir tu propio establecimiento, es el motor principal que mueve a este sector. Si alguna vez te has planteado abrir tu propio centro, has de tener en cuenta algunos pasos que nosotros vamos a repasar.
1. Lo primero, plan de negocio.
Es el primer paso para poner cualquier negocio. También una peluquería. Debe ser riguroso, serio y adaptado a la realidad. En él debemos incluir todo lo relacionado con nuestro proyecto: presupuesto, financiación, ideas, objetivos, público al que nos dirigiríamos, servicios que ofreceríamos (hay que valorar si seremos unisex, si ofreceremos otro tipo de tratamientos de belleza, etc.), equipo humano, modelos de negocio, estado del sector, valorar riesgos, estrategias, publicidad (en caso de que la haya), horarios y hasta los precios que manejamos por cada uno de nuestros servicios. Todo esto debe prever también los servicios que nosotros demandemos del exterior: abogados para el tema legal, decoradores, informáticos para la página web, todo tipo de mano de obra para hacer las reformas que sean pertinentes (albañiles, pintores, electricistas…).
2. Diferenciación.
Peluquerías hay muchas. La que tu abras tiene que ser diferente al resto, única. Y esa diferenciación es la que te puede llevar al éxito. Por supuesto, si apuestas por la calidad y la cercanía (las peluquerías últimamente adolecen de ella), tendrás mucho ganado.
3. ¡No hace falta ser un profesional de la peluquería!
Para empezar, os diremos algo: los tiempos han cambiado. Y eso significa que ya no hace falta ser un profesional de la peluquería para abrir una. Simplemente hace falta ser empresario. Bueno, y tener financiación, pero eso lo dejamos para más adelante. En los tiempos que corren, tiempos de franquicias por ejemplo, no hace falta tener mucha idea de peluquería. Eso sí, si no eres un experto, lo mejor (imprescindible, vamos) es que te rodees de ellos.
4. Elección del local.
En el plan de negocio hemos incluido cierta información que puede dar pistas sobre el lugar adecuado para abrir nuestro negocio. En dicho plan hemos definido una serie de servicios que vamos a ofrecer, por lo que podemos ya intuir en función de ello qué tamaño mínimo de local necesitamos y con qué distribución. También hemos definido a qué público nos dirigimos, por lo que podemos elegir qué barrio o zona se adapta a ello. También tenemos un presupuesto, por lo que manejamos una horquilla de lo que gastar en el alquiler y en una reforma. Y por supuesto tenemos también una visión de cuál es la situación del sector, por lo que debemos tener en cuenta si hay establecimientos cerca que nos beneficien o nos perjudiquen. De la buena elección del local y de su situación geográfica depende mucho la buena marcha de nuestro nuevo negocio.
5. Cantidad de inversión.
Es evidente que sin dinero o sin financiación no se puede poner en marcha ningún proyecto de negocio. En el caso de una peluquería, es difícil dar una cifra exacta de lo que necesitamos, pues depende de muchas variables, aunque los expertos apuntan a que, como mínimo, hacen falta unos 100.000 euros que englobarán el alquiler de un local de unos 100 metros cuadrados, mobiliario, adecuación del local y obras, y todo lo relacionado con informática y servicios. Si optamos por una franquicia, la inversión suficiente puede ser solo de 60.000 euros. En este caso, la ‘matriz’ cobra un canon de entrada y exige el pago de un ‘royalty’ y un porcentaje de sus ingresos. Eso sí, a cambio ponen a disposición de los franquiciados todos sus conocimientos, la imagen de la marca, formación y asesoramiento continuos, y ayuda en la búsqueda de locales y personal.
6. ‘Papeleo’.
Como en todo negocio, la peluquería también requiere de una serie de trámites burocráticos y licencias que cumplir. Normalmente el local elegido no será de más de 300 metros cuadrados, por lo que no se nos exigirá licencia previa de apertura para el inicio de la actividad. Es importante prestar atención a las ordenanzas propias de cada ayuntamiento, pues puede variar de unos municipios a otros. Es recomendable, antes de formalizar el alquiler o compra del local, acudir a una Entidad Colaboradora de Gestión de Licencias Urbanísticas para que nos informen sobre su estado administrativo, por si hubiera que legalizar alguna cuestión. Una vez realizado este trámite, se tendrá que presentar un informe técnico y una declaración responsable ante el ayuntamiento de turno y pagar las tasas municipales (que variarán en función de los metros cuadrados del local). Ya podemos empezar a funcionar, aunque nos tendrán que otorgar posteriormente la licencia de apertura definitiva, que la otorgan los técnicos municipales tras visitar el local y comprobar que todo está en orden. Además, dependiendo de los servicios que ofrezcamos, también podemos necesitar licencias sanitarias que otorga la Consejería correspondiente de la CCAA en la que estemos operando.
7. Situación fiscal.
Nosotros, como empresarios, podemos darnos de alta como autónomo o constituirnos como empresa a través de una sociedad limitada. Normalmente es la opción más popular, puesto que con ella no se pone en riesgo el patrimonio personal del empresario. Aun así, aunque nos constituyamos como empresario, hay que darse de alta de actividad ante la Agencia Tributaria, en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos y en Seguridad Social, por si queremos contratar trabajadores.
8. Darnos a conocer.
La apertura de nuestra peluquería tiene que darse a conocer. Si nadie nos conoce, nadie acudirá. Además del alcance geográfico (de proximidad) que podamos tener en los alrededores del lugar donde hemos abierto el negocio, Internet ofrece múltiples posibilidades. Desde las redes sociales hasta invertir una pequeña cantidad de dinero en Google Adwords, por ejemplo, para que nuestro establecimiento esté bien situado en las búsquedas que se lleven a cabo en el gigante tecnológico. Podemos llevar a cabo también promociones o descuentos para fomentar las visitas, y por supuesto reforzar el boca a boca con servicios de calidad y la satisfacción de los clientes.
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