Una vez que alguien se convierte en el afortunado que ha conseguido un nuevo empleo, toca enfrentarse con el primer día en su nuevo puesto. La primera jornada laboral no siempre es fácil porque son muchas las incertidumbres: ¿cómo serán los compañeros?, ¿el jefe?, ¿encajaré rápidamente? y los nervios pueden pasar factura.
Para intentar “sufrir” lo menos posible es ese ansiado comienzo en el nuevo puesto de la etapa laboral y comenzar con buen pie, desde Oficina de Empleo proponemos algunos consejos.
- Autoconfianza. Es la base al enfrentarse a nuevos retos en el ámbito laboral y en la vida en general. Hay que ser positivo, confiar en nuestros conocimientos y profesionalidad y pensar que si habéis sido seleccionados es porque tener las cualidades que el puesto requiere. Esta actitud será percibida positivamente por los demás y creará un buen ambiente.
- Ser puntual, no solo en el primer día sino siempre, es una norma básica de educación que se debe mantener especialmente en el entono laboral. El primer día se debe llegar con unos minutos de antelación para evitar imprevistos y hacerse con el entorno antes de ser recibido por algún miembro de la empresa.
- Hacer los deberes, es decir, informarse sobre la empresa. Normalmente al enfrentarse a una entrevista este paso se suele realizar pero aumentar nuestros conocimientos sobre nuestra nueva etapa es positivo para que cuando nos informen de ciertos aspectos no nos “pillen desprevenidos”. Es importante conocer la historia, preguntar a personas cercanas a la compañía, su estructura y funcionamiento, directivos y altos cargos…
- Como ocurre habitualmente en las relaciones personales, la primera impresión es fundamental. Es cierto que con el tiempo se puede cambiar (tanto a bien como a mal) pero en la medida de lo posible hay que intentar que la primera imagen que se creen de nosotros sea positiva. Por ello, debemos cuidar aspectos como el lenguaje corporal, la forma de expresarnos y la vestimenta que llevamos. Nuestra mejor tarjeta de visita es la sonrisa, que nunca debe parecer forzada. Al expresarnos, debemos ser educados, prudentes, amables y seguros.
- Para ayudar a la formación de una primera impresión positiva, es importante apuntar todos aquellos aspectos relevantes o que percibamos que necesitaremos en el día a día. Por ello, es mejor tener un cuaderno o libreta a mano además de un bolígrafo, esto además demostrará nuestra actitud proactiva y las ganas de trabajar.
- El primer día, además de estar cargado de mucha información, requiere conocer a decenas de personas. Es importante retener en la medida de lo posible el mayor número posible de nombres personales especialmente de los jefes y compañeros más directos. Además es importante localizar y retener los lugares que habitualmente tendrás que utilizar: puesto de trabajo, fotocopiadoras, aseos…
- Ser natural es fundamental, hay que intentar unirse al grupo de forma natural, sin olvidar que cada persona tiene su tiempo. No hay que forzar la situación, los compañeros acabarán integrándoos en su grupo. Pero ello es adecuado ser prudente con las participaciones y escuchar. Una buena estrategia es conocer cómo son las personas del grupo, cómo se relacionan entre ellos, cómo se comportan y dirigen frente a los jefes…
- En el día a día y desde el primer instante hasta el último hay que estar predispuesto a aprender, mostrando interés tanto en los objetivos generales de la empresa como en los departamentales y personales. Y ser proactivo para poco a poco ganarse la confianza de todos y demostrar las aptitudes profesionales que se tienen.
Eso sí, no olvidar que es el primer día, no hay que exigirse en exceso y nadie puede rendir al 100% desde el minuto uno. Todos necesitamos un periodo de adaptación y aprendizaje de las tareas y de las relaciones personales, pero siguiendo los anteriores ítems seguro que todo será más fácil.
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Actualización del post publicado en mayo de 2011.