El ‘wellness’ empresarial: productividad y bienestar

Hoy en día el mero hecho de tener un trabajo es una gran alegría, que significa algo más que tener un salario y realizar una actividad, ya que tener o no tener un trabajo es actualmente una cuestión de autoestima que puede afectar a nuestra psicología de una manera determinante. Una vez que conseguimos trabajo, nuestro objetivo es dar lo mejor de nosotros para prosperar profesionalmente, pero también para que la empresa salga adelante.

Muchas veces, sin embargo, no lo conseguimos porque quizá no rendimos como deberíamos, perdemos la motivación y no sabemos combatir la monotonía. Y al igual que es muy importante encontrar trabajo, cuidar a los empleados lo es más para que el talento no se desperdicie, la empresa sea más productiva y el ambiente en el trabajo sea más agradable.

Hay una práctica que se lleva utilizando más de una década en Estados Unidos y que poco a poco está llegando a Europa y a España que hace posible que a través del bienestar se aumente la productividad en una empresa. Se trata de el ‘wellness’ empresarial, un modelo de gestión que tiene que ver con impactar de manera positiva en la vida profesional de los empleados, para que ellos estén contentos de trabajar en dicha compañía, estén motivados a la hora de desempeñar sus funciones y la empresa en definitiva funcione mejor y sea más productiva.

Marta Romo, socia directora de Be-Up (una empresa que ayuda a otras empresas a gestionar al personal mediante técnicas de innovación y psicología), sostiene que “está demostrado que la salud (física, mental y emocional) forma parte del perfil del profesional. La ausencia de salud (por enfermedad, por falta de energía o por emociones negativas) provoca que no podamos comprometernos del todo”.

Y además dice que el ‘wellness‘ no es sólo cuestión de facilitar fisioterapeutas, gimnasios, salas de ocio y de relax en las empresas, sino que también tiene que ver con crear hábitos saludables, proponer actividades en las que se fomenten las buenas relaciones y el buen ambiente en el trabajo y llevar a cabo programas de participación de los propios trabajadores para conseguir el bienestar que les hará ir al trabajo más contentos y, por tanto, con más ganas de dar lo mejor de sí mismos.

La clave está en que la energía con la que realizamos cualquier actividad es lo más importante para conseguir grandes resultados, y no el tiempo que tardemos en hacerla. De esta forma, las empresas logran tener a trabajadores contentos sin tener que invertir en tener que superar el estrés laboral.

Dentro de la energía hay cuatro dimensiones: la física (relacionada con la cantidad de tareas que realizamos), la emocional (la que determina la calidad), la mental (la que nos permite centrarnos) y la espiritual (la que nos da la fuerza y la intensidad que le dedicamos a algo) y todas están relacionadas entre sí. El ‘wellness’ significa potenciar la energía dentro de sus cuatro dimensiones y conseguir, con ello, que la empresa sea más productiva.

Las mejoras que se obtienen al fomentar la eficiencia y la productividad a través del bienestar de los empleados son muy importantes: menor absentismo, actitud positiva y mayor motivación. Es, por tanto, además de una técnica de gestión de personal, una herramienta de fidelización y de atracción del talento, que impactan en el ambiente laboral y en la creatividad de los empleados, además de afectar satisfactoriamente a su psicología y su autoestima.

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