Incluir mentiras en el currículum es una tentación en la que debemos intentar no caer porque, en lugar de tener un efecto positivo para nosotros y para nuestra carrera profesional, es muy probable que se vuelva en nuestra contra…
Si nos pillan mintiendo en el currículum o en una entrevista de trabajo, nos descartarán del proceso de selección (iStock)
La creencia generalizada de que todos mentimos en el currículum, además de no ser cierta porque no todos contamos mentiras en el currículum, va perdiendo fuerza, pero sigue existiendo. De la misma manera que nosotros, como candidatos, estamos cada vez más preparados, los reclutadores de personal también lo están y saben detectar con cierta facilidad cuándo un candidato les está intentando engañar al leer su currículum, su perfil profesional en LinkedIn o al tener una entrevista de trabajo.
Si aún tienes dudas sobre la conveniencia o no de mentir en el currículum, las preguntas que deberías hacerte antes de incluir mentiras en el currículum es qué puedes ganar y qué puedes perder por hacerlo. En realidad, las dos preguntas tienen fácil respuesta…
Al mentir con tu currículum es cierto que puedes ganar el interés del reclutador de personal o del empresario por tu perfil profesional, pero aún es más probable que pierdas la oportunidad de que te contraten (o incluso tu puesto de trabajo después de que te hayan contratado) si te pillan mintiendo. Con una sola mentira que te descubran, ya sea en el currículum o en la entrevista de trabajo, es suficiente para que te descarten del proceso de selección. Además, en algún caso y tal y como te contamos en este otro artículo del blog de Oficina Empleo, mentir en el currículum puede tener consecuencias legales…
Así que está claro que no compensa incluir mentiras en el currículum, sobre todo cuando la teórica ventaja inicial que podríamos obtener es la de despertar el interés del reclutador de personal. Para conseguirlo y lograr nuestro objetivo de tener una entrevista de trabajo tenemos otras fórmulas, como incluir palabras clave en el currículum relacionadas con el puesto de trabajo ofertado, describir las competencias y habilidades profesionales que tenemos, escribir unas líneas en el correo electrónico a modo de carta de presentación, actualizar nuestro perfil en LinkedIn o incluir referencias de anteriores jefes.
Eso sí, una cosa es no mentir en el currículum y otra muy distinta es tirar piedras contra nuestro propio tejado incluyendo información que los reclutadores de personal no tienen por qué saber al leer nuestro currículum o nuestro perfil profesional en LinkedIn. Por ejemplo, si estamos o hemos estado un largo período de tiempo en situación de desempleo, no nos conviene detallar los meses de inicio y fin de cada trabajo que hemos tenido. Con poner el año sería suficiente.
En resumen, no se debe incluir mentiras en el currículum, pero sí se puede y se debe adaptar nuestro currículum de la forma que más nos convenga. Eso que entendemos como “maquillar el currículum”. Al fin y al cabo, el maquillaje sirve para potenciar las virtudes, esconder posibles defectos, sentirse mejor y despertar el interés de los demás. Y todo eso es lo que queremos conseguir con nuestro currículum.
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