¿Qué pasaría si hubiera duchas en la oficina?

En España aún no está suficientemente extendido el uso de la bicicleta para ir a trabajar. Entre otras cosas porque, más que bicicletas, lo que falta es trabajo. Aunque en los últimos años se ha avanzado bastante en este aspecto -en el del uso de la bicicleta, no en el del empleo-, España aún está lejos de otros países europeos donde la bicicleta es un medio de transporte habitual para ir a trabajar.

Si nos preguntamos por qué es así, podríamos decir que esta práctica no está instalada en nuestra cultura o señalar a las infraestructuras y a la falta de acondicionamiento de las ciudades para que la población pueda circular en bicicleta con seguridad. Seguramente no nos faltaría razón, pero también deberíamos mirarnos a nosotros mismos y reconocer que no todos estaríamos dispuestos a renunciar a la comodidad de ir al trabajo en coche, moto o transporte público.

Utilizar la bicicleta como medio de trasporte para ir a trabajar supone (para quienes ya lo hacen) o supondría (para quienes lo harían) un beneficio para el tráfico de una ciudad y, más importante, para nuestra salud porque haríamos ejercicio casi todos los días. Pero también provoca (o provocaría) una situación de incomodidad para los usuarios de la bicicleta, que llegan (o llegarían) sudados al trabajo, y para sus compañeros.

¿Usaríamos más la bicicleta para ir a trabajar si hubiese duchas en la oficina? Según el informe elaborado por Arval, la compañía de movilidad de BNP Paribas, sí. Hasta un 20% de los conductores estarían dispuestos a realizar sus desplazamientos al trabajo en bici si, además de tener las garantías de seguridad necesarias, hubiese duchas y vestuarios en el trabajo.

Un 45% de los desplazamientos que se realizan en Madrid por motivos laborales se hacen en coche según este mismo estudio, que también indica que el 66% de los encuestados ni siquiera se plantea el uso de la bicicleta como medio de transporte para ir a trabajar. En Madrid, según el Observatorio de la Movilidad Metropolitana, un 12% de los trabajadores utiliza habitualmente la bicicleta para llegar a su puesto de trabajo.